martes, 1 de febrero de 2011

El mito de El Dios de la maquinita

Cada uno de nosotros y nosotras de alguna manera ha intentado dar una oportunidad a Dios para que El nos compruebe que existe. Y es así que suceden historias como esta: Gustavo tenia 7 años y quería de todo corazón creer en Dios así que decidió orar diciendo: “Quiero creer en Ti.  Así que si cuando me levante encuentro un millón de dólares debajo de mi cama voy a creer en Ti ciegamente y nunca más voy a dudar”. De hecho que Gustavo no encontró el millón de dólares; quizá porque el deseo de conocer el dinero era más grande que conocer a Dios pero lo más probable que Gustavo imaginaba a Dios como una maquinita: uno deposita la oración, oprime el botón correcto y el deseo se hace realidad.
Si nos damos cuenta esa concepción es comprensible para un niño de 7 años pero esto puede ocurrirnos a cada uno de nosotros y nosotras creyendo en Dios de “la divina maquinita vendedora automática”, es bueno recordar  lo que Él nos dice: “Clama a mi, y yo te responderé” Jeremías 3:33 y aun nos promete: “Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído” Isaías 65:24.
Nuestra oración no es una moneda que se inserta en una maquinita ni tampoco la fe es un botón que se oprime. Dios no se somete a nuestros berrinches y caprichos. No importa cuánto Gustavo haya orado por ese millón de dólares, ni cuán fervientemente haya creído. De ninguna forma hubiera encontrado ese millón bajo la cama la mañana siguiente, no porque Dios no lo ame o porque Dios no le conteste su oración o tal vez porque no hubiera lugar bajo la cama para tanto dinero, el millón de dólares nunca llego a Gustavo es porque el no estaba orando , estaba deseando.
Este mito de Dios Él de la maquinita celestial para conceder favores y deseos, trasciende más allá de nuestros deseos. Él Dios todopoderoso, el amor hecho carne quiere que lo amemos a Él, no a las cosas, quiere que los busquemos a Él y la búsqueda de respuestas a oraciones negativas, el obedecerle no porque nos dará un millón de dólares sino porque lo amamos y queremos agradarle.
Pero debemos ir dejando de lado este mito de Dios de la maquinita, pues su palabra promete que podamos tener confianza, ya que cualquier cosa que pidiéramos la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él. 1 Juan 3:21-23.
Atrévete a enfrentar este mito leyendo los siguientes versículos bíblicos, los cuales indican las condiciones para responder una oración  que puede ser expresada en una palabra. Inténtalo.
2 Crónicas 7:14
“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. 
Jeremías 29:13
“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”.
Marcos 11: 24
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”.
Santiago 5:16
“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”. 
Juan 5:14
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario